Cómo saber si tu bebé tiene un golpe de calor y qué hacer para aliviarlo

5 agosto 2020

Los bebés y los niños son muy sensibles a los cambios de temperatura, pues su inmaduro mecanismo termorregulador no regula bien su temperatura corporal. Los niños menores de cinco años y en especial menores de uno, son uno de los grupos de población más propensos a sufrir un golpe de calor. Una afección que, en el peor de los casos puede llevar incluso a la muerte, por eso es necesario saber cómo detectar si tu bebé tiene un golpe de calor y qué hacer para aliviarlo y prevenirlo.

¿Qué es el golpe de calor?

El golpe de calor se produce cuando estamos sometidos a situaciones a altas temperaturas, o realizando un ejercicio físico intenso, sin la protección ni hidratación adecuada. Las exposición a temperaturas elevadas produce una pérdida de agua y sal a través del sudor, nuestro principal mecanismo termorregulador. Por sus características fisiológicas, los niños pequeños están más expuestos a responder de manera drástica a un exceso de calor. Tienen menores reservas de agua y sudoración, además de un aparato respiratorio aún en desarrollo, por lo que su temperatura sube más rápido que la de los adultos. Al alcanzar los 40 grados se produce el shock térmico o golpe calor.

¿Cómo detectar si tu bebé tiene un golpe de calor?

Como tu bebé no puede expresar con palabras su malestar, la Asociación Española de Pediatría aconseja prestar especial atención a su comportamiento. El golpe de calor suele ir acompañado de los siguientes síntomas:

  • Irritabilidad e incomodidad
  • Agotamiento o aturdimiento
  • Piel caliente (temperatura corporal entre los 39 y 40 grados)
  • Respiración superficial y rápida
  • Erupción cutánea, piel enrojecida y seca
  • Deshidratación
  • Mareos, náuseas y vómitos
  • Dolor de cabeza
  • Calambres musculares o convulsiones
  • Taquicardia
  • Desmayo o pérdida de consciencia

¿Qué hacer cuando un bebé tiene un golpe de calor?

Si detectas alguno de los síntomas del golpe de calor en un menor, la AEP recomienda las siguientes pautas de actuación:

  • Colocar al niño tumbado boca arriba a la sombra en un sitio fresco y ventilado, quitarle las prendas innecesarias y aflojar el resto.
  • Los especialistas advierten de que no se debe sumergir al menor en agua helada. Debes refrescarle con compresas de agua fría (no hielo), en especial cabeza, nuca y pecho. Procura ir cambiándolas conforme se calienten.
  • Si el pequeño está consciente y sin vómitos, ofrecerle rehidratación oral: agua fresca, una bebida isotónica o suero. Un contraste excesivo de temperatura puede ser perjudicial, así que es preferible que los líquidos estén frescos, no fríos, y se beban a pequeños sorbos.
  • En el caso de inconsciencia, avisar al 112 e iniciar la reanimación cardiopulmonar.
  • Aunque el bebé mejore, es conveniente trasladarlo al centro sanitario más cercano para que los médicos lo valoren.
Golpe de calor bebés

¿Cómo prevenir un golpe de calor?

La prevención es la mejor herramienta para evitar que los niños sufran un golpe de calor. Para ello los especialistas recomiendan:

  • Hidratación. Ofrecerle agua con frecuencia, o pecho a demanda en el caso de los bebés con lactancia.
  • Comidas regulares y fresquitas. A parte de los líquidos, es bueno que se hidrate también a través de los alimentos. No olvides introducir frutas, verduras y hortalizas frescas en su dieta.
  • Ropa adecuada. Transpirable, ligera, holgada y en tonos claros. 
  • Protegerlo del sol. La sombra, la crema con factor solar alto y un gorro o sombrerito deberían acompañaros siempre. Así evitarás tanto el exceso de temperatura como las quemaduras solares.
  • Evitar el aire libre y ejercicio físico excesivo en las horas centrales del día (de 11 a 17 aproximadamente). En esta franja horaria es mejor que os quedéis fresquitos en casa y elijáis actividades tranquilas.
  • Refrescarlo. Cuando el calor aprieta, puedes ayudarle a mantener una buena temperatura corporal mojándolo con agua fresca mediante un baño o con una toalla húmeda. También puedes usar un ventilador o el aire acondicionado para mantener fresco el entorno del bebé si estáis en casa.
  • No dejar nunca al bebé solo dentro del coche, ni 5 minutos. Los casos más graves de shock térmico en bebés se han dado en estas condiciones. Además, a la hora de viajar es preferible enfriar el coche antes de introducir al niño. Así evitaréis las altas temperaturas que puede alcanzar un coche estacionado al sol en verano. Una vez en marcha, mantén una temperatura confortable abriendo unos centímetros las ventanillas.

Recuerda también que el colchón de cuna BabyKeeper® está fabricado con materiales ultra transpirables, diseñados para evacuar el exceso de temperatura y proteger a tu bebé del golpe mientras duerme. Además, su tecnología Therm® detecta y avisa instantáneamente si el bebé tiene fiebre, para que podáis reaccionar rápidamente y actuar a tiempo.

Siguiendo estas sencillas recomendaciones durante el día y con la ayuda de BabyKeeper® durante la noche, podrás ayudar a tu pequeño a gestionar mejor las altas temperaturas estivales y disfrutar de un verano seguro y sin sustos.