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Cómo ayudar a tu bebé a dormir en verano Babykeeper

Temperatura de la habitación, cómo vestirlo, aire acondicionado… Os damos las claves para ayudar a vuestro bebé a conciliar el sueño y dormir mejor en verano.

Durante los meses de verano, el calor afecta al descanso de toda la familia, pero especialmente al de los recién nacidos. En los primeros meses de vida, su sistema termorregulador no está formado del todo todavía, es decir, no tienen capacidad de gestionar bien los cambios de temperatura. El exceso de calor en el bebé se ha relacionado con el síndrome de muerte súbita del lactante, por eso debemos prestar especial atención a la temperatura corporal de nuestro bebé, manteniendo su entorno de descanso fresco y seguro.

Temperatura de la habitación

Lo ideal para el descanso del bebé, sea cual sea la época del año, es que la habitación en la que descanse se encuentre  entre 18 y 22ºC de temperatura. Para ello, podemos mantener las ventanas y puertas abiertas durante la noche y cerrarlas y  bajar persianas durante las horas de más calor. Asimismo, también podemos colocar la cuna del bebé en la parte más fresca de la habitación, es decir, cerca de la pared que reciba menos horas de sol al día. Otra forma de refrescar la habitación sería usando un ventilador. Tanto en este caso como con las ventanas abiertas, debemos evitar las corrientes de aire directas sobre la cuna del bebé.

Aire acondicionado y bebes ¿sí o no?

No hay inconveniente en usar aire acondicionado en la habitación, siempre que lo hagas siguiendo unas pautas de seguridad. Podemos encenderlo un rato antes para refrescar el dormitorio y apagarlo al acostarlo. En noches muy calurosas, se puede mantener encendido siempre que no esté dirigido directamente al bebé.

¿Cómo vestir al bebé para dormir en verano?

Es importante que el pijama del bebé sea fresco y cómodo, de un tejido natural que facilite la transpiración. Un ligero body de algodón es perfecto para esta época del año, pero también podemos ponerle una camisetita ligera y algo holgada los días más calurosos.

Un colchón transpirable

Al igual que la ropita debe ser ligera y transpirable para que el bebé se sienta fresco y cómodo, su lugar de descanso también. En este sentido, hemos de evitar, en cualquier estación, las fundas plásticas o muy gruesas y elegir sábanas de tejidos transpirables como el algodón.

En este sentido, el colchón de cuna BabyKeeper® será vuestro aliado. Todos sus materiales son transpirables en un 97%, permitiendo la libre circulación del aire, lo que facilita la evacuación del exceso de calor y CO2 de la cuna del bebé. Además, si la temperatura de vuestro bebé sube, el cambio de color de la funda con tecnología Therm® os ayudará a detectarlo rápidamente.

Arropar al bebé en verano

Lo importante en estas fechas es evitar que la temperatura corporal al bebé suba, por lo que normalmente no será necesario ni recomendable que lo tapes. Sin embargo, en las noches más frescas puedes cubrirlo con una sábana ligera de algodón, bien sujeta a los lados del colchón, o usar sacos de dormir de verano.

Un baño templado

Hablamos con frecuencia de los beneficios de un baño a la hora de crear una rutina de sueño con vuestro bebé. En verano podéis bajar unos grados la temperatura del agua, para ayudar a vuestro pequeño a quedarse fresquito y relajado, listo para ir a dormir.

Lo ideal es que el agua esté tibia, ni muy fría ni caliente, a unos 36ºC. De esta forma evitaremos cambios bruscos de temperatura. Si lo bañas en agua más fría, su cuerpo notará más el calor al salir.

Mucha hidratación

Mantener la hidratación durante el verano es tan importante para el bebé como para ti. Durante los primeros meses no debes darle agua, los recién nacidos reciben la hidratación a través de la leche de fórmula o la lactancia. Dadle líquidos con frecuencia durante el día y la noche, ofreciéndole biberón o pecho cuando se despierte. Si vuestro bebé ya es más mayor y tiene cierta autonomía, incluso podéis dejar un biberón de agua dentro de la cuna.

¿Cómo sabemos si el bebé tiene calor?

Puedes comprobarlo fácilmente tocándole la nuca. Si está muy caliente, sudada o tiene granitos, es señal de que el bebé está pasando calor. También si lo notas intranquilo o irritable, pues el exceso de calor le impedirá dormir profundamente.

Es momento de ayudarle a bajar su temperatura corporal hidratándolo, cambiándole el body por una prenda más holgada o refrescándole una esponjita húmeda.

Las siestas

Las horas centrales del día suelen ser las más calurosas, y ya sabemos lo importante que es el ambiente para la calidad y continuidad del descanso. Es normal que los horarios de sueño de tu bebé se vean afectados durante estos meses. Aplica todos los consejos anteriores también a sus siestas y, sobre todo, mucha paciencia y algo de flexibilidad.

Los mosquitos

Los mosquitos y otros insectos pueden ser especialmente molestos en estos meses del año. No se aconseja el uso de repelentes de uso tópico, pues pueden provocar que la delicada piel del bebé sufra irritaciones y reacciones alérgicas. Sin embargo, puedes mantener a los mosquitos alejados de su cuna de una forma muy sencilla y totalmente inocua: una mosquitera. También podemos usar lámparas antimosquitos o incluso aplicaciones para móviles y tabletas, que los ahuyentan a través de la emisión de ultrasonidos.

Dormir puede ser más complicado las noches en las que el calor aprieta pero, siguiendo estos sencillos consejos, seguro que conseguís mejorar la calidad de sueño de tu bebé durante los meses de verano. Y tú ¿tienes algún truco infalible para combatir el calor en las noches estivales?