Babykeeper - Tu colchón de cuna
Tal vez no seamos conscientes de la importancia del sueño. Dormimos todas las noches, pero pocas veces pensamos en que es lo que pasa por nuestra mente y cuerpo al descansar.
Hace años, cuando pertenecía al mundo del deporte profesional, fui verdaderamente consciente de que para rendir al máximo nivel debíamos disfrutar de un genuino descanso y que el sueño era la herramienta a través de la que lo conseguíamos.
Consideramos que la investigación es una inversión a futuro y no un gasto. Por ello desde el grupo fomentamos la investigación sobre nuevos conceptos y productos para ofrecer el mejor descanso. En esa búsqueda fuimos conscientes de que el descanso infantil es el inicio de todo y que el sector no lo trata con la importancia que se merece. Por este motivo, desarrollamos BabyKeeper® como el producto estrella del Grupo. De hecho, se destina gran parte del presupuesto de la compañía a la innovación y el desarrollo de este producto.
BabyKeeper® es el resultado de BabyCareSleep, el proyecto de i+D+i más ambicioso de Europa relacionado con la prevención de la muerte súbita del lactante. Además, de reducir los riesgos exógenos de la muerte súbita del lactante, previene la plagiocefalia, el riesgo de asfixia y evita las infecciones dermatológicas y respiratorias.
El aumento de la misma es síntoma de que nuestro bebé no está en las mejores condiciones. Puede ser que simplemente tenga calor, pero también puede estar sufriendo de alguna patología o infección. Por ello, desde BabyKeeper® desarrollamos una funda que cambia de color cuando la temperatura del bebé o del ambiente que le rodea supera los 37,5ºC. Lo cierto es que no es un termómetro, pero cumple el objetivo de alertar a los papás sobre el aumento de la temperatura de forma rápida y visual.
El empeño en buscar la excelencia y garantizar la seguridad de nuestros hijos, llevó a lograr que BabyKeeper® fuera considerado producto sanitario, convirtiéndose en el primer colchón del mercado español y europeo en tener esta certificación por parte de la Agencia Española del Medicamento. Además cuenta con otros certificados que garantizan que BabyKeeper® es el colchón más seguro del mercado.
Gracias a la inversión que realizamos desde el Grupo Delax, a nuestra forma de trabajar en equipo buscando la excelencia y al desarrollo de nuevas tecnologías que garantizan el descanso estamos logrando uno de mis objetivos vitales: concienciar sobre la importancia del descanso, así como aumentar los estándares de calidad del sector. Sin embargo, todo este esfuerzo no sería posible sin el excelente capital humano con el que contamos en el Grupo Delax. Somos una gran familia que comparte sueños, objetivos y que lucha en equipo para lograr desarrollar los mejores productos del descanso que hay actualmente en el mercado.
Soñar es algo innato, es algo que hacemos desde antes de nacer. El bebé inicia el hábito del sueño sobre los siete meses de embarazo. Durante los primeros meses de vida, el neonato pasará entre 15 y 18 horas durmiendo y su estructura del sueño será diferente a la de un niño o un adulto.
Con el paso de los meses se dará una evolución natural de la estructura del sueño. Pasará de las dos fases que presenta al nacer (sueño activo y sueño tranquilo) a las cinco fases del adulto. Estas fases adquiridas provocan inestabilidad en el sueño y, por tanto, despertares durante la noche. Cabe recordar que para el correcto desarrollo del bebé tanto el sueño como la alimentación, siempre y cuando sea lactancia materna, deben producirse a demanda.
Las dos fases por las que pasa el sueño de los bebés son la fase REM y la N-REM. La fase REM es más larga en los bebés de menos de 2 años, durando casi el 50% del total del sueño efectivo. La etapa REM es crucial para el desarrollo cognitivo y neuronal, ya que es en esta fase cuando las neuronas conectan de forma especial ordenando e interpretando las emociones y las experiencias, permitiendo la consolidación del aprendizaje (fundamental para el desarrollo del lenguaje) y la memoria. Durante esta fase es fácil despertar, pudiendo perder hasta un 20% del desarrollo cognitivo programado para esa noche. Además, tiene lugar una máxima relajación muscular, hay muchas ensoñaciones, movimientos oculares y faciales rápidos.
Por su parte, las fases N-REM de onda lenta (sueño profundo) se relacionan con la regeneración celular y la recuperación física, siendo la hormona del crecimiento en estos primeros años de vida uno de los mayores inductores de la reproducción celular.
Por tanto, es clave que el bebé mantenga la calidad de sueño correcta durante una hora seguida. No obstante, estas fases no son continuas, sino que mantiene ciclos de entrada y salida de fase, llegándose a registrar en torno a 5-6 fases diarias en un bebé.
Dormir correctamente, gracias a un colchón como BabyKeeper®, permite al bebé regular el ritmo circadiano que mantendrá para toda su vida, algo que será clave y que más tarde permitirá al niño crecer física y cognitivamente.
¿Qué pasa mientras tu bebé duerme?
– Se favorece la segregación de una mayor cantidad de hormona de crecimiento.
– Madura el sistema nervioso, imprescindible para un adecuado desarrollo emocional.
– Se regula el crecimiento de sus órganos.
– Fomenta el desarrollo de la memoria y, por tanto, la predisposición para el aprendizaje.
– Aumenta la facilidad para hablar y asimilar el lenguaje.
– Recarga energía y le ayuda a permanecer atento ante los estímulos externos.
– Mejora el estado de ánimo y reduce la propensión a problemas de irritabilidad.
– Fortalece el sistema inmunológico.
– Previene problemas metabólicos como el sobrepeso y la obesidad infantil.
Se ha demostrado que privados de fase REM los niños aumentan notablemente el nivel de ansiedad, agresividad, falta de rendimiento y memoria. También se ha demostrado que los trastornos del sueño afectan gravemente al sistema endocrino, lo que puede provocar trastornos en la alimentación pudiendo derivar en obesidad infantil, apnea del sueño e hiperactividad. Así mismo, los trastornos o problemas de sueño cuando llegan a la preadolescencia y adolescencia potencian la aparición del trastorno bipolar, abuso de sustancias, depresión y trastornos alimenticios.