El insomnio en bebés se trata de la dificultad para iniciar el sueño o mantenerlo a lo largo de la noche. Podríamos diferenciar entre insomnio conductual e insomnio por falta higiene del sueño. El insomnio conductual se caracteriza porque el bebé presenta una resistencia y ansiedad a conciliar el sueño en solitario y suele deberse a una asociación aprendida como por ejemplo mecerlo, dormir con un muñeco en concreto o dormir en presencia de los padres. En cambio, el insomnio por falta de higiene del sueño suele deberse a hábitos que alteran el sueño nocturno, como siestas demasiado prolongadas, consumo de excitantes como el chocolate, un exceso de tiempo en la cuna, exceso de ruido, exceso de luz, ver la televisión o jugar con el bebé antes de irse a dormir activándolo en exceso. ¿Cómo puedo ayudar a mi bebé?
- No dejar que el bebé se duerma fuera de su cama.
- El pecho, el chupete, el biberón y el objeto transicional deben eliminarse lentamente y con paciencia.
- Establecer una rutina para dormir (baño relajante, cena, cuento…). Ser constante a la hora de acostar y levantar al bebé, incluso los fines de semana.
- Lavar más frecuentemente la ropa de cama y el colchón de cuna.
- No hacer colecho reactivo como respuesta al tratar de evitar el llanto del bebé, sino como hábito de crianza si así se decide.
- No encender la luz de la habitación ya que la luz directa puede inhibir la segregación de melatonina y retrasar el sueño del bebé.
- No estimular al bebé ni darle alimentos excitantes como el chocolate antes de dormir, dejar al menos 1 o 2 horas de mínima activación.
- No dar al bebé líquidos en exceso antes de dormir.
- No alimentar al bebé dormido.
- Evitar frases como “castigado y a la cama” ya que provocarán una asociación negativa con el sueño.
- La temperatura ideal para mantener el sueño oscila entre 19 y 21ºC, y una humedad entre el 60 y el 70% lo más constantes posible. Una humedad por debajo del 30% puede resecar las vías respiratorias.
- Dormir en el cochecito sentado puede dañar el cuello y obstruir las vías respiratorias.
- Observar cualquier anomalía que pueda ser un trastorno del sueño y consultar con el pediatra.
Esperamos que estos consejos os ayuden a conseguir que vuestro bebé duerma del tirón y vosotros también 🙂
