La llegada del segundo hijo supone una inmensa alegría para todos. Sin embargo, también supone un cambio en la estructura y las rutinas familiares. El bebé va a necesitar de una mayor dedicación por parte de los padres, en especial de la madre. Es por ello que con la llegada del primer hermano se pueden producir posibles conflictos.
Durante el embarazo, del mismo modo que se va preparando todo lo necesario para la llegada del bebé, se puede ir preparando al primogénito para que los celos sean los menos posible. El control de estos celos infantiles depende en buena parte de los momentos iniciales del embarazo, de como se gestione el anuncio de la llegada del nuevo hermanito, del nacimiento del mismo y del regreso a casa tras dar a luz.
Debemos hacer que se sienta importante, que no ha perdido su lugar en la familia
Es primordial que durante los meses que dura la gestación se vaya haciendo partícipe al primogénito de todos los preparativos. Ejemplo de ello puede ser la elección del nombre, la ropa o los juguetes. Del mismo modo, hacerle sentir importante al contarle todo lo que pasará cuando nazca el bebé y de que forma puede ayudarnos a cuidar de él como hermano mayor.
Recordar su nacimiento, como era él de pequeño, ver fotografías o leer libros que expliquen cómo nace un bebé le ayudara a entender la llegada de su hermanito. Del mismo modo, disfrutar de cuentos con sus papás en lo que se traten la llegada de los hermanitos les hará entender su nuevo rol en la familia. Como papás deberemos tener mucha paciencia y ponernos en su lugar para entender lo que está sintiendo. Otra forma de que se vaya haciendo a la idea de la llegada del nuevo miembro es visitar a familiares o amigos que hayan tenido hijos recientemente.
Es habitual que los familiares y amigos acudan con algún regalo a visitar al recién nacido. Cabe señalar que sería conveniente que al mayor también se le realizará algún tipo de detalle, así como que se le prestara atención y se le diera importancia durante la visita.
Posibles conflictos con la llegada del primer hermano
El síndrome del príncipe destronado es como se conoce a la aparición de los celos ante el nacimiento de un nuevo hermano. El primogénito dispondrá de nueve meses para ir haciéndose a la idea, pero la llegada del bebé puede convertir esas primeras semanas en diversas situaciones complicadas. Por ejemplo, nuestro hijo puede volver a mearse en la cama, hablar como si fuera un niño más pequeño, volverse más desobediente, negativo, rebelde e incluso agresivo. Además, puede que en colegio se muestre más disperso o busque que la profesora le regañe o que se niegue a asistir al colegio. Otros de los síntomas donde podemos ver los celos es en el rechazo de la comida o en el hecho de sentirse más enfermos de lo normal.
Hay que señalar que nuestro hijo pasará por tres etapas antes de hacerse a la idea de que se ha convertido en el hermano mayor. La primera fase será la de protesta. En ella, utilizará todo lo que pueda para llamar la atención de los padres. En segundo lugar y ante la falta de respuesta a sus peticiones llegará el momento de la desesperación y, por último, aceptará la nueva situación y poco a poco se irá acostumbrando.
Sea como sea el proceso, los padres deberán tener mucha paciencia, tratar de entender al mayor, así como intentar involucrarle en todo lo que sea posible. Recordar que es una etapa más y que se pasa.
Y en vuestro caso ¿cómo vivió vuestro hijo la llegada de su hermanito?