El sonambulismo es una de los trastornos del sueño más conocidos y habituales, se dice que el 30% de los niños menores de 5 años sufren este trastorno en el que andan dormidos y parecen despiertos. Puede ocurrir a cualquier edad pero es más frecuente en niños de entre 5 y 12 años.Un niño sonámbulo puede despertarse y llegar a caminar, hablar o realizar tareas como vestirse, abrir puertas o incluso comer. En algunas ocasiones se trata de una imitación de las acciones realizadas durante el día. Podría decirse que, mientras su cerebro duerme, su cuerpo se despierta. Estos episodios tienen lugar durante la fase más profunda, en la primera mitad de la noche, y al despertarse no recordarán nada de lo sucedido.Si esto ocurre todas las noches o cada pocos días será recomendable acudir a un médico especialista en sueño. No hay por qué asustarse, generalmente, tiende a superarse con la edad.No se conocen las causas, sin embargo, situaciones de estrés, falta de sueño, estados febriles o la interrupción de patrones regulares del sueño están asociados. Parece que existe una predisposición hereditaria, un niño tendrá más probabilidades de padecerlo si uno de sus progenitores lo sufrió. De hecho, el 60% de los niños sonámbulos presentan antecedentes familiares de sonambulismo. Además, en los últimos años se ha detectado un aumento de los casos relacionado con la presencia de aparatos informáticos en las habitaciones infantiles. Esto hace que los niños se distraigan y se acuesten más tarde. Salvo en casos excepcionales, no se trata de un trastorno grave. De todos modos, tomar medidas para evitar que se caigan o tropiecen es importante. ¿Qué precauciones tomar si tu hijo es sonámbulo?
- Despejar las habitaciones de objetos con los que puedan tropezar, es importante que no hayan obstáculos.
- El niño no debería dormir en la parte superior de una litera.
- Si hay escaleras, será mejor si no tiene acceso.
- Procura cerrar la puerta de la calle con llave.
- Mantener una rutina a la hora de dormir puede ser de gran ayuda.
- Lo más recomendable es buscar un ambiente relajado, reduciendo los ruidos y luces.
- Se recomienda no despertar al niño, aunque no suponga un peligro si se le despierta puede asustarse y le costará más conciliar el sueño de nuevo. Lo mejor es acompañarle de forma suave guiándole de nuevo a la cama.
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