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Un descanso fresco para tu bebé Babykeeper

El calor resulta incluso más molesto y peligroso en los niños que en los adultos, especialmente mientras duermen

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Desde que tienes un bebé, sabes que es prácticamente imposible dejarlos tapados en la cuna y que aguanten así más de unos minutos, ¿verdad? Y es que su instinto, le empuja a destaparse y dormir mucho más frescos de lo que los adultos consideramos adecuado para proteger a nuestros niños de resfriarse mientras duermen.

El frío es una de las mayores preocupaciones de las familias con niños pequeños y por eso abrigamos a nuestros hijos, sin tener en la cuenta que su biorritmo es muy diferente al de los adultos y que el calor resulta incluso más incómodo y peligroso para los niños que para los adultos.

El tema del calor es mucho más preocupante en bebés que en niños de más de 3 años, ya que la falta de madurez de su desarrollo cognitivo, para tomar consciencia de la situación, y del sistema respiratorio y la transpiración de su piel, hace que no sean capaces de solucionar situaciones de exceso de calor, especialmente si el bebé está dormido.

Durante el sueño del bebé, cuando tapamos a los niños puede darles un golpe de calor y más en verano, pensando que duermen a horas del día que registran temperaturas muy altas o que, si intentamos crearles ambientes tranquilos para el descanso, muchas veces no están suficientemente ventilados.

En verano hay ocasiones en las que dudamos si encender el aire acondicionado o no, sobre todo si tenemos a un recién nacido en casa y si la minicuna anda del salón a la habitación y no tenemos una casa con climatización centralizada.

También dudamos de dónde poner a dormir al bebé evitando corrientes de aire o salidas del clima. Total, que si hacemos caso a vestir al bebé de manga larga en la primera puesta y tenemos todas estas dudas en casa, el bebé, que pasará tantas horas durmiendo en sus primeros meses de vida, puede sufrir contrastes térmicos demasiado bruscos para su pequeño cuerpecito.

Tendemos a abrigar a los niños igual o más que a nosotros mismos, pero la realidad es que, por su metabolismo, ellos tienen menos frío y abrigándolos solo conseguimos que no duerman cómodos en la cuna. Así pues, no es raro que los niños, que son movidos de por sí, se remuevan en su cama generando calor en su cuerpo y además, irremediablemente desarropados.

Sencillamente, tienen calor en la cuna.

 

Hay niños que sudan mucho mientras duermen aunque esto no suele ser motivo de despertares alterados. Aún teniendo una temperatura ambiente normal y sin ponerles mucha ropa, llegan a mojarse el pelo en sudor.

La digestión de una cena copiosa justo antes de acostarlos, la calma repentina después de tanto ejercicio durante el día, una ropa sintética o el colchón de cuna puede hacer que nuestro bebé sude más de lo deseado.

 

Desde Babykeeper, como especialistas en sueño infantil sabemos que la firmeza de un colchón que permita que el bebé no se hunda demasiado y la transpirabilidad total, son fundamentales para un descanso de calidad. Además, estas características junto con otras de las que ya conocéis de la familia de colchones Babykeeper, cuidan de no colapsar sus sistemas respiratorio, de sudoración o del sobrecalentamiento general que son, en la gran mayoría de casos, los causantes del síndrome de la muerte súbita del lactante en menores de 1 año, la dermatitis atópica en neonatos o las dificultades respiratorias de cualquier índole.

 

Como resumen a esta explicación de por qué nuestros peques pasan calor mientras duermen y a modo de consejos ayudar a nuestros bebés a afrontar el calor, listamos:

  1. No les abriguemos en exceso, hay días en los que una sola pieza de algodón traspirable o solo el pañal, es suficiente para que duerman bien y sin riesgo de resfriarse. Evitemos los calcetines ya que los pies son un gran termorregulador en los bebés.
  2. Si encendemos el aire acondicionado en la habitación donde duerme el bebé, ese body o esa sábana finita, serán de gran ayuda para mantener el confort del bebé. Recuerda, siempre a temperaturas moderadas y de manera intermitente.
  3. La habitación debe mantener una temperatura entre los 22 y 24ºC de día, pero de noche, basta con tener entre 18 y 20ºC
  4. El colchón, debe ser 100% transpirable, evitando protectores y otros elementos de plástico que dificulten la respiración o concentren el calor en el cuerpo del bebé.
  5. Evitemos cenas copiosas o acostarlos nada más cenar. Un baño antes de dormir, les ayuda a empezar el descanso con una temperatura óptima.

 

Si tu peque duerme solo a ratos en la cuna o minicuna y el resto de las horas hacéis colecho, piensa que la temperatura corporal del adulto también es una fuente importante de calor.

En estos casos, recomendamos usar solo una prenda fina y de algodón también por evitar roces o pegarnos con el sudor que inevitablemente también formará parte de la familia este verano.

 

Y dicho esto, feliz descanso y feliz verano familias!!!